Lagartear es un nuevo verbo
Ufff cuánto tiempo ha pasado desde que no me sentaba a escribir, pero de repente hubieron dos factores que me trajeron de nuevo a mi hábitat natural: Un poco la gripe que tiene metida en la cama hace un par de días y las conversaciones con dos de mis amigas padecientes de este nuevo paradigma postmodernista al que yo llamo “síndrome del lagarto”. Así que me puse ahondar en el tema, lo charle con ellas principalmente y algún que otro amigo para tener un panorama un poco más abierto.
Cuántas veces nos han dejado sin respuesta en un chat? O lo que parece ser inmensamente peor, nos clavaron el visto… infinidades seguramente, creo que hasta hay canciones que hablan de esto, ya que las relaciones han cambiado tan vertiginosamente que hasta la música ha tenido que aggionarse. El punto es como afecta esto a las diferentes personalidades, en el caso puntual de mis amigas les pega bastante mal, es entonces donde caen en el síndrome del lagarto, que tiene que ver este simpático animalito en esta historia? TODO! Por empezar se arrastra… y es lo que pasa cuando alguien no responde a los mensajes, se desactiva el modo mujer segura de sí misma y comienzan a “lagartear” escribiendo un mensaje tras otro, al principio son mensajes como: Estas bien? Estás enojado? Y como nadie responde a esas preguntas con el correr de las horas la ansiedad y la angustia van in crescendo así como la bronca y los mensajes empiezan a tener otra connotación más agresiva… “Se ve que estás ocupado, entonces no te molesto!”.
La realidad es que no sabemos que pasa del otro lado de la pantalla y revisando material a este respecto me encontré con infinidad de historias de lo más elocuentes; una chica cansada de la no respuesta terminó indignada y escribió en su chat : ojalá que te mueras! Sin saber que a quién le escribía había sufrido un accidente y realmente había muerto. O el caso de otra que estuvo un par de días sin recibir mensajes de su novio, una noche decidió dejar de sufrir y se acostó con un compañero de oficina, así despechada y sin pensar en más nada le envió a su pareja un mensaje lapidario “me acosté con Martín mi compañero de oficina y lo pase genial”, el novio quién por trabajo se había ausentado unos días de la ciudad leyó el mensaje y terminó la relación, ella intentó por todos los medios pedirle disculpas pero nada le funcionó.
Charlando este tema con amigos me comentan que a veces no necesariamente es adrede, a veces no saben que decir, otras se quejan de la intensidad de estos mensajes, a veces simplemente cuelgan…otras como en el caso del más sincero de todos ellos, se abruman…tal vez la chica les encanta pero que en el comienzo de algo se espantan con tanta pregunta, entonces hacen lo más fácil y en lugar de comunicarlo simplemente no responden.
En ocasiones las mujeres somos obstinadas y simplemente no queremos ver que el otro no siente el mismo interés, o tal vez no de la misma manera. He leído chats que para mí son clarísimos y el diagnóstico es falta de interés, pero por otro lado ves a tu amiga tratando de justificarlo porque su corazón no quiere pasar una vez más por esa sensación de frustración y derrota, entonces tratas de que vea que no hay nada allí para ella, pero que eso no significa que no sean merecedoras de alguien que si esté a la altura de las circunstancias y las valoren tal y como son, siempre hay alguien que si lo hace y muchas veces ese alguien es un amigo que está incondicionalmente escuchando los desplantes que te han hecho y no se anima a decirte que todo lo que él necesita es una oportunidad, pero también es inseguro y al igual que nosotras tiene miedo al rechazo y antes que dejar de verte prefiere seguir siendo sólo tu amigo.
Es real que a muchas mujeres el conflicto o aquello que sabe que es poco probable las atrae más, a veces la adrenalina de quedarte con aquel que es inaccesible hace que lagarteen, pero no pueden contener la verborragia y si le sumamos unas copas extra…la catástrofe es mayor, no es maldad, es inseguridad, es miedo al rechazo, una patada a nuestro autoestima, es como nos toma ese alguien paradas en la vida en ese momento. Convengamos en que nadie ha muerto por pecar de lagarto y todos en alguna situación hemos sido el lagarto de alguien más, siempre existe un alguien que nos toma con la guardia baja y nos rendimos a sus pies sin pensar en nada y después nos damos la cabeza con un muro de hormigón, es entonces cuando los amigos salen a bancar, porque no importa cuántas veces te ocurra; cuántas veces te hayan escuchado, cuantas veces te hayan advertido, cuantas veces te hayan secado las lágrimas o cuantas veces hayan sostenido tu melena para vomitar porque el mal de amores a veces se cura tomando, los verdaderos amigos van a juntar tus pedazos una vez más.